Coaching – Metáfora (5) Tres claves para el éxito

El éxito está vinculado a la gran aprobación o al beneplácito que genera algo o alguien. Con origen en el término latino exĭtus (“salida”), el concepto se refiere al efecto o la consecuencia acertada de una acción o de un emprendimiento.

Lo cierto es que el éxito nunca llega por arte de magia y  hay que trabajar arduamente para conseguirlo. La siguiente metáfora nos sugiere algunas claves para materializar los logros que deseamos.

Hace tiempo, tras un torneo, un veterano campeón mundial de tenis estaba siendo entrevistado en un programa de radio. La conversación ya llevaba algunos minutos en antena cuando el locutor planteó al tenista la siguiente cuestión:

-“Usted empezó a ganar torneos a una edad muy temprana, ¿siempre recuerda haber sido campeón?” preguntó el periodista.
-“No” contestó el tenista.  -“Aunque, cuando era más joven, había sido seleccionado como una futura promesa, otros muchachos era mejores que yo y parecían tener mejores cualidades. Con frecuencia me ponían a jugar con las mejores tenistas femeninas, pues consideraban que eran rivales más apropiados para mí que los otros muchachos de mayor talento natural”

-“¿Y dónde están ahora esos tenistas talentosos?”, preguntó el entrevistador. -“¿Qué fue de todos ellos?”
-“Pues es fácil de explicar”
, dijo el veterano campeón. -“Sencillamente no triunfaron. A pesar de todo su talento no tenían lo que hace falta para ser un campeón”

- “¿Y qué hace falta?” pregunto el periodista.
-«No basta con quererlo sólo lo suficiente. Tienes que quererlo con toda tu alma” susurró el deportista.
-“¿Es ese el secreto?” se sorprendió el locutor.
-“Hay algo más”, meditó el campeón. “Se requiere disciplina. Al margen del talento natural que tengas, tienes que tener disciplina para alimentarlo y desarrollarlo. Tienes que establecer un orden de prioridades y renunciar a muchas cosas que pueden parecer también muy atractivas”

-“¿Es ese entonces el secreto?” se impacientó el entrevistador.
-“Aún hay otra cosa más”, dijo el as de la raqueta. “Esta última clave es más dura y exigente que las dos primeras juntas. Se necesita humildad, no importa lo bueno que seas. Se necesita humildad para escuchar a los preparadores, aceptar otros puntos de vista, probar otras posibilidades y admitir que no lo sabes todo.  Todo ese cocktail es el auténtico desayuno de los campeones de verdad. Y estas tres cosas son el secreto de mi éxito».

Fuente: Metáfora reconstruida a partir de una entrevista original al tenista Boris Becker.