Coaching – Metáfora (31) Piedras en el camino

Hoy traigo un par de metáforas sobre los obstáculos y situaciones difíciles que habitualmente nos encontramos en el día a día y que, gestionadas de manera emocionalmente inteligente, nos pueden servir para autoconocernos y crecer.
Recientemente, gracias a un gran amigo cinéfilo, he podido disfrutar de la película «Tres Colores: Azul» (Krzysztof Kieslowski. 1993). El personaje de Julie, magistralmente interpretado por Juliette Binoche, ejemplifica lo potentes que pueden ser situaciones sobrevenidas si nos permitimos usarlas de palanca para encauzar y dar un un sentido constructivo a los conflictos internos y deudas emocionales que podamos acarrear. Esta magnífica película me ha recordado un par de metáforas sobre piedras en el camino que comparto a continuación.

Piedad en el camino

Hace mucho tiempo, un Emperador colocó una gran roca obstaculizando un camino. Entonces se escondió entre la maleza cercana y miró para ver si alguien quitaba la voluminosa piedra.

Algunos de los comerciantes más adinerados de la comarca pasaron por allí. Al llegar a ese punto del camino simplemente dieron una vuelta alrededor de la roca, rodeándola sin prestarle en absoluto atención o intentar moverla.

Algunos peregrinos culparon al Emperador a voz en grito por el descuidado mantenimiento de su reino. Ninguno de ellos hizo algo para sacar la piedra grande del camino.

Varios días después, pasó un campesino que llevaba un cargamento de verduras en un abultado petate a la espalda. Al aproximarse a la roca, puso su mochila en el suelo y trató de mover la piedra hacia la vereda del camino. Después de empujar y fatigarse mucho, logró despejar el espacio de tránsito. Mientras recogía su cargamento de vegetales y los volvía a poner sobre sus espaldas, notó que en el suelo había una bolsa de piel, justo donde había estado la roca. La bolsa contenía muchas monedas de oro y una nota del Emperador indicando que el oro era para la persona que moviera la piedra del camino. El campesino aprendió lo que los demás nunca entendieron: cada obstáculo en nuestro camino nos brinda una oportunidad para mejorar.

piedra

LA PIEDRA Y EL HOMBRE

El despistado, tropezó con ella.
El radical, la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
El esclavo le compuso un Blues.
Drummond, la poetizó.
David, la utilizó para derrotar al gigante Goliat.
Y Michelangelo, le sacó la más bella de las esculturas.

En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el hombre. Lo que hagamos con las piedras depende de nosotros, no de la vida. Cuántos regalos pone la vida en medio de nuestro camino y cómo nos puede la pereza, la pasividad o la frustración. Por no querer complicarnos la vida, por puro egoísmo, o por un largo etcétera, en lugar de confrontar el obstáculo que nos permitiría recibir el regalo, preferimos dar la vuelta y seguir nuestro camino.

Quiero dedicar este post a los alumnos de la 7ª Edición del  Experto en Coaching Personal en Valladolid que comienzan sus prácticas supervisadas en estos días.