Coaching – Metáfora (22) ¿Matar al amor?

Hubo una vez un capítulo en la historia del mundo, un día terrible, en el que el odio, que es el Rey de los sentimientos negativos, los defectos y las malas virtudes, convocó una reunión urgente con todos sus súbditos.

Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano acudieron a la reunión con la curiosidad de saber cuál era la finalidad de tal encuentro.
Cuando estaban todos reunidos, habló solemne el odio y dijo: – Os he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien.

Los asistentes no se extrañaron demasiado pues era el odio quien estaba hablando, y él siempre quería matar a alguien. Sin embargo, todos se preguntaban quién sería tan difícil de matar para que el odio los necesitara a todos ellos.

- ¡Quiero que maten al amor! – gritó el odio con su agresividad característica.

Muchos sonrieron malévolamente, pues más de uno le tenía ganas.
El primer voluntario fue el mal carácter, quien dijo:
¡Yo iré a por él, y os aseguro que en un año el amor habrá muerto: provocaré tal discordia y malestar que no lo soportará!

Al cabo de un año de reunieron otra vez y, al escuchar el informe del mal carácter, quedaron muy decepcionados.
¡Lo siento, lo intenté todo; pero cada vez que yo sembraba una discordia, el amor la superaba y salía adelante!

Fue entonces cuando, muy diligente, la ambición se ofreció a cumplir la tarea. Haciendo alarde de su poder, dijo:
- ¡En vista de que el mal carácter ha fracasado, iré yo. Desviaré la atención del amor hacia el deseo de riqueza material y de poder. Eso nunca podrá ignorarlo.

Y empezó la ambición el ataque hacia su víctima, la cual, efectivamente cayó gravemente herida; pero después de luchar por salir adelante, el amor renunció a todo deseo desbordado de poder y reconocimiento y triunfó de nuevo.

Furioso el odio por el fracaso de la ambición, envió a los celos, los cuales, burlones y perversos, inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.

Pero el amor, malherido y confuso, pensó que no quería morir; y haciendo acopio de fuerzas, se impulsó con valentía y logró salir adelante.

Año tras año, el odio siguió en su lucha, enviando a sus más hirientes mercenarios -la frialdad, el egoísmo, la indiferencia, la pobreza, la enfermedad y muchos otros-, que fracasaron siempre, porque cuando el amor se sentía desfallecer, recobraba las fuerzas y las ganas de vivir con un esfuerzo constante de superación.

Convencido de que el amor era invencible e indestructible, el odio les dijo a todos sus súbditos:
- No hay nada que hacer; el amor lo ha soportado todo. Llevamos muchos años queriendo destruirlo y no lo logramos.

De pronto, de un rincón del salón del trono se levantó un sentimiento poco conocido, vestido completamente de negro y con una enorme capucha que impedía ver su rostro. Tenía el aspecto de la muerte y susurró con voz segura y tenebrosa:
- Yo mataré al amor, yo lo mataré.
Todos se preguntaron quién sería aquel que estaba tan seguro de poder lograr lo que ninguno de ellos había podido.
El odio vociferó:
- ¡Ve y hazlo!
Tan sólo habían pasado unas semanas cuando el odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles que, después de mucho esperar, por fin el amor había muerto.
Todos estaban llenos de insana felicidad, pero también sorprendidos.
Fue entonces cuando habló el sentimiento de la capucha negra:
- ¡Ahí les entrego el amor totalmente muerto y destrozado!
Y, sin decir más, se marchó.
Dijo entonces el odio: - ¡Espera! En tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir… ¿Quién eres?
El sentimiento retiró entonces su capucha y mostró su horrible rostro mientras afirmaba:
Soy… la rutina

Reflexiones:

  • Si me voy identificando con cada uno de los sentimientos; yo me veo, en relación a cada uno de ellos…
  • ¿Es la rutina capaz de matar mi amor hacia otras personas? ¿En qué relaciones? ¿Hay algún camino para evitarlo?
  • Mis puntos fuertes y motores para mantener el amor con buena salud son…

Nota: Me gustaría dedicar este post a los alumnos y alumnas que a finales de marzo comienzan la III Edición del «Experto en Coaching Personal» en Valladolid.